3.2.09


Felicidad, me invitaste a tu fiesta y no fuí. No me animé, si llegué hasta el zaguán y volví . Y esas baldosas que pisé al volver, nunca más yo las volví a ver. Tampoco una noche tan clara dónde te pusiste delante de mí. Fuiste un regalo que no pude abrir, quemó mis manos y me fuí pensando que el tiempo haría las cosas por mí.